Un estudio de Fundación Amulén detalló las dificultades que viven los 1.350 establecimientos que no tienen un suministro normal.
Casi la mitad de las escuelas rurales de Chile no cuenta con abastecimiento formal de agua potable, lo que impacta directamente a sus comunidades tanto por la falta de disponibilidad como por la calidad del elemento.
Un estudio realizado por Fundación Amulén recogió información de 11 regiones entre Arica y Los Lagos (Arica, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule, Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos), abarcando el 94% de los establecimientos ubicados en zonas afectadas por la crisis hídrica. Los datos se obtuvieron con una encuesta a los directores y se basó en los criterios de cantidad, calidad, continuidad y accesibilidad.
«Este estudio nos invita a reflexionar sobre la necesidad de establecer y visibilizar requerimientos mínimos en infraestructura básica que permitan asegurar las condiciones base para que nuestros niños y niñas se eduquen. La disponibilidad de agua potable en los establecimientos es urgente y de vital importancia para el buen desarrollo de toda persona y toda comunidad”, expresó Antonia Rivera, directora de proyectos de Fundación Amulén.
En el detalle, el 59,6% de las escuelas rurales se abastecen de agua de manera formal, es decir, por el sistema de agua potable rural (APR). . Sin embargo, el 40,4% restante lo hace de manera informal, lo que equivale a más de 1.350 establecimientos carentes de agua potable en dichas regiones.
La región con mayor acceso informal al agua es Los Lagos, concentrando un 62,3% de las escuelas cuya fuente es pozo, camión aljibe, ríos, vertientes, etc.
Además, el 31,4% de los establecimientos con suministro formal declaró que sí ha tenido que cancelar las clases por falta o mala calidad del agua. Esto sucede en el 27,3% de las escuelas con abastecimiento informal. A pesar de lo anterior, es importante destacar que para establecimientos con suministro formal e informal, el porcentaje de escuelas que deben suspender las clases por falta o mala calidad del agua es el mismo.
Entre las escuelas con suministro formal, un 36,9% de ellas que cuentan con estanque han debido suspender sus actividades de clases, mientras que entre las que no tienen un estanque, un 28,9% ha debido suspender clases. Esto implica que en las escuelas con suministro formal el contar con un estanque no benefició la mitigación de suspensión de clases.
Junto con esto, más de 760 alumnos pertenecientes a escuelas con suministro informal pierden más de 15 días al año de clases por consecuencia del cierre de los establecimientos por cortes o mala calidad del agua.