Innovación: el mejor camino para soluciones rápidas y efectivas
“La estrecha relación entre escasez de agua y vulnerabilidad social es indiscutible y, por ello, es urgente ser capaces como país de determinar y priorizar planes de acción, dirigidos a las zonas donde la situación es más crítica”.
En el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, no podemos eludir los críticos datos duros que dan cuenta de la delicada situación en la que nos encontramos. Sólo a modo de revisión rápida, tenemos un déficit de precipitaciones entre el 70 y el 100% entre Arica y Coquimbo; en la zona sur y magallánica, los déficits van de 28 a 63%; los caudales de todos los ríos de nuestro país están por debajo de sus promedios (sólo con excepción del río Paine en la región de Magallanes); los embalses presentan un déficit de volumen de 52% con respecto a sus promedios y el almacenamiento global corresponde a sólo un 27% de la capacidad total.
Estamos en medio de una desertificación que va en avanzada en la zona central y no sólo en el norte como condición histórica. Es momento de dejar de hacer más de lo mismo y buscar alternativas innovadoras porque no hemos sido capaces de enfrentar los desafíos climáticos y adaptarnos para asegurar abastecimiento de agua. Es sabido además que más de 1 millón de chilenos no tiene acceso formal a agua potable. La innovación nos permite encontrar soluciones rápidas y efectivas. ¿Qué estamos esperando?
El acceso a agua no es sólo una necesidad básica de todo ser humano sino también una herramienta clave para la superación de la pobreza, enfrentar problemas sanitarios y para ayudar en parte a disminuir las brechas sociales. La estrecha relación entre escasez de agua y vulnerabilidad social es indiscutible y, por ello, es urgente ser capaces como país de determinar y priorizar planes de acción, dirigidos a las zonas donde la situación es más crítica.
Si hay algo en lo que la Convención Constituyente está de acuerdo es en abordar la crisis hídrica. Es de esperar que esto ocurra con altura de miras, con foco en las personas y con visión de futuro.
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Antonia Rivera, Directora de Proyectos, Fundación Amulén